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¿Cuáles son los tipos de deshidratación?

¿Cuáles son los tipos de deshidratación?

La deshidratación consta del momento o periodo en que el nivel agua en el organismo es insuficiente; es decir, se encuentra por debajo del promedio considerado normal para llevar a cabo las diferentes funciones vitales. Puede ser tanto leve como grave y ocasionar todo tipo de consecuencias. Por ello, a continuación te mostramos cuáles son los tipos de deshidratación, cómo evitarlos y más.

Cabe destacar que la falta de agua en el cuerpo suele manifestarse de múltiples maneras; desde una sensación de malestar para continuar con las actividades hasta un desmayo con posterior paro cardíaco. Ninguna persona está exenta de padecerla, aunque es más frecuente en los bebés y ancianos.

Los tres tipos de deshidratación más importantes

Dependiendo del grado, cómo se desencadene y sus posteriores consecuencias, hay tres tipos de deshidratación principales. ¿Cuáles son? Los tres siguientes:

Deshidratación isotónica

Consiste en una pérdida equitativa del agua junto con la de solutos del líquido extracelular. Es decir, a pesar de la sensación de sed y hasta de debilidad, la persona disminuye sus niveles tanto de agua como de sodio y en proporciones similares. Esto ocurre en caso de vómitos constantes, diarrea y hasta una ingesta de calorías insuficiente durante varios días.

Así, la deshidratación isotónica resulta más habitual en niños, quienes presentan mayor tendencia tanto a vómitos como a diarrea al padecer distintos cuadros. La gravedad y consecuencias varían según el tiempo que perdure.

Deshidratación hipertónica

Además de implicar una pérdida de agua considerable, la misma es superior a la de sodio. ¿Por qué ocurre? Por ejemplo, debido a una ingesta de agua insuficiente, ya sea porque es inferior a 1.5 litros diarios que se recomiendan o porque hay una sobreexigencia física en jornadas de altas temperaturas.

Concretamente, la deshidratación hipertónica se caracteriza por un intercambio osmótico de agua, el cual se da desde el líquido intracelular al extracelular. Y es más habitual en personas que padecen diabetes.

Deshidratación hipotónica

A diferencia de la deshidratación hipertónica, se pierde más sodio que agua. Es menos frecuente, pero se da en situaciones puntuales; por ejemplo, en la alta sudoración y en la reducción drástica del agua gastrointestinal. También, y aunque parezca contradictorio, cuando se bebe líquidos con bajo contenido de sodio. 
Cabe destacar que los niños que por diversas razones tienen diarreas son los que más tienden a padecer esta deshidratación. Sus consecuencias pueden ser tanto leves como muy graves, sobre todo si se producen inflamaciones.

Causas que desencadenan la deshidratación

La cantidad de líquido que estés ingiriendo cada día puede ser suficiente, pero existen factores que te hacen perder un gran porcentaje del mismo. Y esto es lo que deviene, justamente, en una deshidratación. Son algunos de los siguientes:

  • Vómitos: ¿Cuántas veces escuchaste o leíste “después de vomitar, tomá agua”. Es por la cantidad de líquido que eliminás y en pocos segundos, lo que te obliga a reponerlo lo antes posible

  • Diarrea: es muy similar a lo que sucede con los vómitos

  • Sudoración excesiva: así como eliminás líquido al orinar, también lo hacés al sudar, sobre todo en los días más calurosos o permaneciendo mucho tiempo abajo del sol

  • Orina excesiva: hay ciertos líquidos o medicamentos cuya consecuencia es orinar de manera constante. Esto implica, por defecto, perder más líquido del adecuado, lo que te obliga a beber aún más para compensar y, claro está, evitar la deshidratación

Más allá de las diferencias, las consecuencias de los tres tipos de hidratación que te mostramos pueden afectarte y mucho. Por ello tenés que beber entre 1.5 y 2 litros de agua diarios y estar atento a cualquier síntoma o problema que implique perder líquido.


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