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¿A Dónde va el Agua que Tomamos?

¿A Dónde va el Agua que Tomamos?

Lo que ves de manera bien clara es el agua que está en la botella u otro elemento. También cuando la servís y después la ingerís. Una vez finalizado esto último, sabés que ya se encuentra en tu organismo y es ahí cuando te preguntás a dónde va el agua que tomamos. A continuación te lo respondemos detalladamente.

Es un hecho que el agua consta de un líquido considerado esencial para el buen desenvolvimiento del organismo y sus distintas partes. Además, cumple diversas funciones; por ejemplo, ayudar a absorber los nutrientes y regular la temperatura corporal.

¿Exactamente cómo y a dónde va el agua que tomamos?

Para comprender bien qué hace y a dónde va el agua que tomamos se puede resumir en los siguientes pasos o etapas:

  1. Se ingiere para permitir la hidratación

Es lo que sucede desde que el agua está en la boca hasta que la tragás y sentís cómo te empieza a bajar por el organismo. Es además el momento preciso en que te hidratás y que incluso a algunos les produce una sensación agradable, sobre todo si lo hacen después de no beber durante un largo rato.

  1. Comienza el proceso de absorción

El mismo tiene lugar en el estómago. En realidad, aquí es donde empieza. Luego, dependiendo de la cantidad total ingerida, puede absorberse más rápido y en otras partes. En este sentido, otro factor que influye es si solamente se tomó agua o si esta se acompañó de otros alimentos. Y, en caso de esto último, no es igual, por ejemplo, una galletita blanda que papas fritas.

  1. Pasa al intestino delgado y al torrente sanguíneo

La mayor parte del proceso de absorción del agua se da en el torrente sanguíneo. ¿Cuándo exactamente? Después de que el agua pasa desde el mencionado estómago hacia el intestino grueso. Este último posee aproximadamente 20 pies de largo y sus paredes son las principales responsables para la absorción del agua y su conducción hacia el torrente sanguíneo.

  1. Viaja y pasa por las células de todo el cuerpo

Luego de la absorción en el intestino grueso, el agua va a las células de todo el cuerpo, aunque no lo hace de cualquier manera; se proporciona la hidratación necesaria a cada una (es decir, las cantidades van variando) con el fin de poder concretar las funciones diarias del modo más eficiente posible.

La importancia del equilibrio entre lo que se ingiere y lo que se pierde

Al comentar todo esto, es un hecho que pensarás que la cantidad que se distribuye a las distintas células es equivalente a la totalidad de lo que ingerís. En realidad, no es tan así… ¿Por qué? Porque en medio de dicho proceso, hay aunque sea una pequeña cantidad que se puede perder; por ejemplo, al sudar.

De esta forma se explica por qué cuando caminás bajo el sol en una jornada de calor sentís la necesidad de ingerir más líquido en menos tiempo. Recordá además la importancia de beber entre 1.5 y 2 litros diarios, y de manera uniforme.

La respuesta al interrogante a dónde va el agua que tomamos se explica a partir de todo el proceso que te describimos, incluyendo la cantidad que se va eliminando.


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