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Alimentos Funcionales: Qué Son y Principales Beneficios
Los alimentos funcionales contienen compuestos biológicamente activos que aportan un beneficio adicional. En Agua para tu vida, te contamos todo sobre alimentos funcionales, qué son y cuáles son sus principales beneficios.
La prevalencia de enfermedades crónicas no transmisibles genera un escenario muy peculiar, los consumidores tienden a elegir alimentos que se asocian con la salud y bienestar. Esta situación se aprecia en la oferta de productos cuya rotulación destaca que contienen cierto tipo de fibra dietética, que son integrales, que poseen ácidos grasos omega-3, antioxidantes u otros componentes que el consumidor común está aprendiendo a reconocer como aporte saludable.
¿Qué son los alimentos funcionales?
El eje central de la nutrición actual se orienta a proveer alimentos que, además de los nutrientes, contienen otros compuestos biológicamente activos que aportan un beneficio adicional. Así nace el concepto de alimentos funcionales (AF).
Los alimentos funcionales son aquellos alimentos que, en forma natural o procesada, contienen componentes que ejercen efectos beneficiosos para la salud que van más allá de la nutrición.
Una definición más general podría definir un alimento funcional como “aquellos alimentos naturales o procesados que, además de satisfacer las necesidades nutricionales básicas, proporcionan beneficios para la salud o reducen el riesgo de padecer enfermedades”. Existen diferentes definiciones según la institución específica que define al alimento funcional como:
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“Un alimento puede ser considerado funcional si se ha demostrado suficientemente que beneficia (más allá de proporcionar una nutrición adecuada desde el punto de vista general) a una o varias funciones relevantes del organismo, de manera que proporciona un mejor estado de salud y bienestar y/o reduce el riesgo de padecer una enfermedad” (International Life Science Institute - ILSI).
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“Alimentos modificados o que contengan un ingrediente que demuestre una acción que incremente el bienestar del individuo o disminuya los riesgos de 28 enfermedades, más allá de la función tradicional de los nutrientes que contiene” (Consejo de Nutrición y Alimentación de la Academia de Ciencias de los Estados Unidos).
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“Aquellos productos a los cuales intencionalmente se les adiciona un compuesto específico para incrementar sus propiedades saludables” (Centro de Información Internacional de Alimentos -IFIC).
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“Un alimento puede ser considerado funcional si logra demostrar satisfactoriamente que posee efectos benéficos para la salud sobre una o más funciones del organismo – más allá de sus propiedades nutricionales habituales -, en forma relevante para la salud y el bienestar y/o que reduzca el riesgo de alguna enfermedad” (Functional Food Science in Europe –FUFOSE- ILSI EUROPA)
En Argentina, a la fecha no se cuenta con una definición consensuada sobre los alimentos funcionales, pero se incluyen productos enriquecidos como la leche, la harina y la sal, y otros con componentes añadidos como probióticos, omega-3 o fibra. La demanda está creciendo, especialmente en productos de origen vegetal, y hay un marco normativo que exige el enriquecimiento de ciertos alimentos básicos para corregir deficiencias nutricionales comunes en la población. El Código Alimentario Argentino (CAA) en los artículos 1389 y 1390 definen a los alimentos probióticos y prebióticos respectivamente.
Beneficios de los Alimentos Funcionales
Otro punto importante es que, el alimento funcional debe ser un alimento y debe demostrar sus efectos en cantidades que habitualmente se consuman en la dieta. Se pueden enlistar una serie de condiciones que son necesarias para considerar a un alimento funcional:
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Que ocasione un beneficio para la salud de quien lo consume.
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Que los beneficios que proporciona sean posibles de demostrar tras el consumo del alimento funcional.
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Que exista una cantidad mínima definida de ingesta diaria para alcanzar el beneficio esperado.
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Que una ingesta superior a la necesaria para alcanzar el efecto beneficioso no ocasione ningún efecto dañino.
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Que se consuma en la dieta habitual como cualquier alimento tradicional.
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Que indique en su rotulación la presencia del ingrediente bioactivo y la cantidad en que se encuentra.
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Que exista una metodología analítica que permita identificar y cuantificar el agente bioactivo.
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Que se puedan demostrar las propiedades saludables del alimento funcional luego de su consumo a través de biomarcadores de efecto.
También se destaca su relación con el sistema inmune. Otras áreas de aplicación de los alimentos funcionales son su rol en la protección contra los radicales libres, en la salud cardiovascular, aquellos que mejoran la función gastrointestinal y alimentos funcionales desarrollados para optimizar el rendimiento cognitivo y mental.
Un alimento funcional podría funcionar como paliativo o preventivo de algunas enfermedades de variadas etiologías como el cáncer, las enfermedades inflamatorias intestinales y las infecciones, en las que la dieta puede estar implicada en su desarrollo. En este sentido, la inclusión en la alimentación diaria de los alimentos funcionales, puede tener un efecto importante reforzando el sistema inmune y de ese modo cumplir un rol fundamental en la prevención de ciertas enfermedades.
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¿Cuáles son los alimentos funcionales que conocemos?
El grupo de alimentos lácteos, posee un gran desarrollo dentro de los alimentos funcionales, de ahí la gran cantidad de lácteos funcionales desarrollados. Uno de los motivos que lo favorece es que resulta relativamente fácil añadir otros componentes que quedan distribuidos de forma homogénea, además de ser, los alimentos lácteos, alimentos frecuentes en la mesa de muchas familias. Ejemplos de alimentos funcionales dentro de este grupo encontramos a las leches, yogures y quesos con agregado de probióticos, prebióticos, vitamina D, omega 3 y péptidos bioactivos.
Aceites Vegetales
Los aceites vegetales que, contienen omega 9 y omega 3 muestran propiedades beneficiosas antiinflamatorias relacionadas con la salud del corazón, efecto antioxidante y protección de la salud neurológica. Podemos mencionar al aceite de oliva, aceite de chía, lino y canola.
Cereales
También existen cereales fortificados con vitaminas, por ejemplo, ácido fólico, que entran en el grupo de alimentos funcionales. Se pueden destacar las harinas de trigo, fideos fortificados con micronutrientes como el hierro, ácido fólico y otras vitaminas del complejo B.
Alimentos Naturales
Además, existen alimentos naturales que son conocidos como alimentos funcionales como por ejemplo algunas frutas y verduras. Entre ellas encontramos al tomate, el cual contiene licopeno y se le atribuye como beneficio la reducción del riesgo de desarrollar cáncer de próstata. Por su parte, los pescados grasos contienen omega 3, ácido graso poliinsaturado con propiedades antiinflamatorias.
A modo de conclusión, los alimentos funcionales no curan ni previenen por sí solos patologías, no son indispensables y sus efectos benéficos deben estar científicamente fundamentados.
Estos alimentos forman parte de nuestra alimentación habitual, la que a su vez constituye solo un factor dentro de un estilo de vida que conduce a la buena salud. En tal sentido, los alimentos funcionales pueden resultar un complemento interesante, dentro de una estrategia que promueva hábitos saludables, pero no cumplen por sí solos el objetivo de preservarla. En Agua para tu vida sabemos que elegir alimentos reales contribuye positivamente a nuestros hábitos ¡conocé nuestros productos!
Sobre el autor: Lic. Yanina Stea
Lic. en Nutrición, MN 7967. Especializada en Nutrición digesto-absortiva, deportiva y Plant Based Diet (Universidad de Buenos Aires. Ex residente y jefa de Residentes del Hospital General de Agudos José María Ramos Mejía). Nutricionista de Planta Permanente del G.C.B.A, Hospital General de Agudos José María Ramos Mejía. Bs As, Argentina.