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¿A qué se debe la sed constante y cómo hacer para combatirla?

La sed constante y excesiva se denomina polidipsia y ocurre por diversos factores; desde algo sencillo como una altísima temperatura hasta otros inconvenientes ya sea leves o graves que requieren de un tratamiento.
¿Qué tipos de polidipsia existen?
En un contexto en el que decenas de razones te pueden llevar a tener una sed constante (es decir, polidipsia), hay dos tipos de esta última:
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Primaria: sucede cuando ingerís líquido de manera excesiva como consecuencia de una alta temperatura. Por un lado aumentás la cantidad, pero, por otro, perdés más al orinar, lo que deviene en que la sed se mantenga
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Secundaria: es similar a la primaria, con la diferencia de que la sed no se va nunca, lo cual se explica a partir de la existencia de algún otro problema
Razones o causas que explican la sensación de sed permanente
El calor o las altas temperaturas son lo que más fácilmente se percibe y, por ende, se considera la razón de la sed permanente. Sin embargo, hay al menos otras cuatro causas que ocasionan dicho problema.
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Dormir con la boca abierta: obviamente no es intencional, pero son muchas las personas que en algún momento de la noche abren un poco la boca y luego de unas horas se despiertan con la misma pastosa y reseca. Se trata de un fenómeno conocido como síndrome de respirador bucal y produce sed
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Tener mucho calcio en la sangre: la tuberculosis o tener un tumor en alguna parte del cuerpo son algunos de los problemas que elevan el nivel de calcio en la sangre. Una de las tantas consecuencias es sentir más sed de lo normal y, por lo tanto, mayor dificultad para terminar con la misma
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Estar contrayendo una diabetes: también genera más sed, pero a diferencia de lo anterior, podés estar padeciendo una diabetes (incluso agudizando el cuadro) y no saberlo. Así, si tenés sed constante es muy recomendable realizarte estudios con el fin de encontrar la verdadera causa
El sudor excesivo, la razón principal de la sed permanente
Pese a los problemas que te comentamos, la razón más frecuente que explica la sensación de sed constante es el sudor excesivo. Este último es normal en días o momentos de mucho calor; por ejemplo, cuando vas a correr o a practicar algún deporte a las 14 horas de un día de verano.
En este sentido, la exposición a los rayos solares (sobre todo en la franja horaria que comprende entre las 10 y 16 horas) también te hará sudar más y, por lo tanto, a requerir de una cantidad de líquido mayor para evitar tener sed.
Si te sucede esto último, la solución es beber más de dos litros de agua diario o, al menos, una cantidad superior a la habitual. En definitiva, te resultará sencillo percibir si estás satisfecho, si consumiste en exceso o si necesitás más.

Sobre el autor: Lic. Yanina Stea
Lic. en Nutrición, MN 7967. Especializada en Nutrición digesto-absortiva, deportiva y Plant Based Diet (Universidad de Buenos Aires. Ex residente y jefa de Residentes del Hospital General de Agudos José María Ramos Mejía). Nutricionista de Planta Permanente del G.C.B.A, Hospital General de Agudos José María Ramos Mejía. Bs As, Argentina.